Circular Junio 2009
Pensando
en los 25 años…
Hacia el Seminario del 2010
En este tiempo estamos en pleno proceso de preparación para el próximo seminario. Mientras tanto, les enviamos algunos materiales del seminario pasado, para volver a leer y comentar, e ir preparando el clima para el año que viene.
Memoria Agradecida
Por Ezequiel Silva (Síntesis de la Presentación Temática )
La Pacha abre su vientre
con generosidad,
y regala la vida para los pueblos:
su libertad
Esta primera estrofa nos pone en solidaridad con la tradición de los pueblos originarios reconociéndonos parte de un colectivo mayor, reconociendo la riqueza de su tradición, cultura y religiosidad. Ellos nos enseñan a distribuir la riqueza de los frutos de la tierra. Tanto la tradición de los pueblos originarios como en lo mejor de la tradición bíblica, la tierra regala la vida para todos los pueblos. Pacha Mama y Tata Dios quieren distribuir la riqueza para la vida de los pueblos. El pueblo de Israel leyó su historia y celebró su esperanza a la luz de la promesa de una tierra abundante, desde Abraham, pasando por el éxodo, siguiendo por Jesús (dice la bienaventuranza: “heredarán la tierra”), hasta la patria definitiva de la Jerusalén celestial.
Caminar compartido,
búsqueda popular
que no resigna el sueño
de ver ahora más dignidad
La vida de los pueblos es tarea colectiva: caminar compartido, búsqueda popular. Si miramos la historia de nuestros pueblos latinoamericanos descubrimos cómo las diversas formas de imperialismo colonizador tuvieron como objetivo fundamental devorar su riqueza. Sin embargo, la muerte violenta a la que quisieron someter a nuestros pueblos no logró su objetivo: con el tiempo diversas gestas revolucionarias y movimientos populares comenzaron a visibilizar proyectos emancipatorios “demasiado largamente esperados”. Muchos mártires, testigos de estas luchas son memoria viva de ello. Otra clave es la dignidad: lo que todo hombre y mujer merece por vivir y para vivir. Pero vivir con mayúscula y con todas las letras, felices, en plenitud, sin mendigar absolutamente nada. La dignidad, desde la mirada de Dios, nunca se nos quita, es gratuita e irrevocable. Para ampliar la dignidad de las personas y para la vida abundante de los pueblos, hay que distribuir la riqueza.
Brazos arremangados
para fortalecer,
a la esperanza nueva
que nuestra historia nos deja ver.
Acá aparece una metáfora clave: los brazos arremangados. El trabajo tiene que ver con la dignidad de la persona, no es un castigo, todo lo contrario: está llamado a ser la posibilidad creativa de participar del deseo de Dios. El trabajo es el mecanismo social por excelencia para la distribución de la riqueza. Cuando hay empleo y salarios dignos, los trabajadores pueden participar en mayor medida de la riqueza que se produce en el país. Hay que tener en cuenta dos fenómenos: que hoy en Argentina se puede tener trabajo y ser pobre al mismo tiempo y que el crecimiento económico no implica una distribución de la riqueza más equitativa. También, la estrofa simbólicamente refiere a las perspectivas nuevas que América Latina nos presenta, con gobiernos que nos hacen ver con esperanza el cauce de la historia político-económica de nuestros pueblos.
Junto a Tatita Dios
vamos a amanecer
la utopía posible
para la fiesta de los pobres.
Acá mencionamos a Dios y junto a Él vamos a amanecer la utopía posible. Sin embargo, nombrar a Dios no es suficiente: como palabra es pura formalidad, una idea. ¿Cuál y cómo es ese Dios que nos puede ayudar a amanecer la utopía posible, la fiesta de los pobres? Hay que proclamar gozosamente nuestra fe en ese Dios, pero también declararnos ateos de Dios, como Jesús. Jesús fue ateo del Dios opresor, del Dios de los privilegios de clase o de status religioso, del Dios que manifestaba su predilección con la riqueza y prosperidad. Hubo en Jesús una fe en otro Dios, el Dios que comunicaba con su vida: el Dios encarnado en la historia, parcial con los pobres e injusticiados, el Dios de la justicia, el Dios del reino. Jesús no sólo proclamó y habló de ese Dios, sino que fundamentalmente lo practicó.
[Estribillo]
No aflojemos, y seamos
memoria agradecida
de nuestra gente que antes luchó
para ver repartida la riqueza.
No olvidemos que no tenemos que distribuir lo que nos ha sido dado, sino que hay que distribuir algo que está acumulado. Por lo tanto, la distribución implica conflictos: conflictos que hay que plantear, en los que hay que entrar, involucrarse y sostener.
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